'El Polvo Rojo de la Memoria'', de Eduardo R. Casanova. Reseña por Ismael Lorenzo

[Ismael Lorenzo]

El Polvo Rojo de la Memoria, es una novela del escritor cubano americano Eduardo R. Casanova, su título nos introduce al protagonista de esta novela, Carlos Camilo y su memoria,  que comienza desde sus primeros recuerdos con el abuelo Antonio, su rolliza maestra de primaria Lola, que fue quien lo inicio en el amor a la lectura, a Julio Vernes, Vargas Llosa y Cortázar. 

Y la memoria recuerda la vez que que entró al cine para ver una película de Carmen Sevilla, donde entre los amigos de primaria se había corrido que podía vérsela encuera y admirar sus hermosas tetas.

La memoria nos relata de su amigo Rodolfito, cinco años mayor que Carlos Camilo, y ferviente amante de su carnera, Adelaidita.  Y rondando aquella niñez, las escaseses en aumento que había traído esa revolución.

Ya mayor, la memoria nos trae aquel viaje en la Aeroflot hacia el Moscú de 1977, donde todos los amigos pasaron las muchas horas del viaje completamente borrachos. Moscú, una ciudad donde aprendió la aritmética del dolor y la sed por el regreso, y luego en un largo viaje en trenes de cerca de 200 kilometros, lo llevaron a  una ciudad soviética sin el brillo moscovita, Tula.

Pero la memoria nos sigue relatando, y nos habla de Seriosha, su guía asignado en el dormitorio estudiante, y la infinidad de botellas de vodka y de vino que los ayudaban a sobrevivir, que le enseñó como del pan negro se podía crear un alambique y sacar una aguardiente de primera.

La memoria nos trae a su padre, un ayudante en una farmacia, y un admirador de la ideología marxista-leninista que había caído sobre la isla caribeña, en toda su destrucción.

Y la memoria recorre una infinidad de inspiradores desde Galileo a Baudelaire, Niestsche, Maupassant, Steinberg.

Ese protagonista que nos dice que decidió a escribir esa historia de la memoria, cansado del ruido de los vecinos y de las imágenes de la televisión sobre el cambio de la presidencia, donde mira como habían elegido para el puesto de presidente a uno de los cerdos de la granja de George Orwell